Amigos, se acabó el 2020. Este fin de año he recibido muchos saludos por el año nuevo y podemos decir que todos queríamos que acabara. Sin embargo, muchos problemas que nos han afectado y preocupado, seguirán en el 2021.

En verdad, no debiéramos esperar estas fechas para revisar y planificar nuestras intenciones. Siempre, en todo momento, es necesario revisar qué estamos haciendo, qué hicimos y que no hicimos, con el único objetivo de desaprender para nuevamente aprender. En el editorial del boletín anterior decíamos si queremos ser puentes o muros, depende de cada uno.

Ahora empezamos a transitar por el 2021 y la única gran diferencia con el 2020 son las lecciones aprendidas. Estos meses de pandemia, el mundo y la tecnología nos han enseñado que, si se puede vivir diferente, con un nuevo habitante que ha adquirido mayoría de edad, se llama la VIRTUALIDAD.

La VIRTUALIDAD ya es una realidad que nos desafía ¿qué podemos hacer sin ella? nada, es inevitable.  La virtualidad nos ha envuelto y toda nuestra vida está impactada por ella. Y por supuesto el management no ha quedado fuera de esta revolución y se está reinventado y continuará cambiando. Revisemos sólo algunos simples ejemplos, cómo haremos las evaluaciones de desempeño y feedback, el reforzamiento de la cultura organizacional, desarrollar la experiencia del colaborador, la gestión del engagement, el apoyo a aquellos colaboradores que requieran supervisión, la productividad de los equipos, etc.

¿Cómo manejaremos las emociones de las personas, virtualmente? ¿La Inteligencia emocional ya no es importante?

Hoy ya se desarrollan conceptos como el contagio emocional virtual. Un colaborador con cierta emocionalidad, afectará positiva o negativamente al resto del equipo de personas conectadas.

¿Las relaciones humanas en la organización ya no interesan?

Hoy más que nunca se valoran los vínculos emocionales entre las personas del equipo. Los vínculos de amistad en el trabajo se están extrañando. Nuestras responsabilidades en el trabajo, en casa y con la familia, han cambiado, se han reordenado y las prioridades son distintas a lo que eran antes de la pandemia.

Sabíamos que cada persona tiene su mundo emocional y ahora cada uno tiene además su mundo virtual, distinto uno del otro. Uno controla, domina y consume de acuerdo a sus capacidades y necesidades, mi mundo virtual es distinto al de cada uno de ustedes y viviré en él de acuerdo a mis prejuicios, emociones, necesidades y preferencias.

Los líderes enfrentan estos nuevos desafíos y las áreas de Gestión Humana deben liderar la transformación, de la mano con todas las áreas de la organización, sobre todo con la Gerencia General.

Nos toca buscar nuevas soluciones, seguir reinventándonos, abrir nuestras mentes a más posibilidades, experimentar más ideas y lograr nuevos éxitos. Todo lo logrado hasta ahora será experiencia y no garantiza el éxito. Empecemos aceptando la individualidad del colaborador.

¡¡¡¡Es nuestra oportunidad de cambiar aceptando que nuestros mundos virtuales son distintos!!!